El Cádiz se adelantó en el marcador ante el San Roque de Lepe, gracias a un gol en el minuto 12 del encuentro por parte del cadista Dioni. El equipo aurinegro ha realizado una primera parte muy disputada en la que el equipo gaditano le ha sabido plantar cara; aunque en la segunda parte el San Roque ha debido jugar con 10 jugadores ya que ha sido expulsado (por doble amarilla) el aurinegro Sergio Sánchez.
La fe inquebrantable en lo aurinegro. La voluntad, esa que mueve montañas, y dosis de responsabilidad, equilibrio y coraje. Un cóctel que ha sentado la mar de bien al San Roque de Lepe, que ha sido capaz de arrancar un valiosísimo punto del campo más complicado del Grupo IV, con el añadido de que tuvo que hacerlo jugando en inferioridad numérica durante casi media hora, el tiempo que transcurrió entre la expulsión por la segunda amarilla de Sergio Sánchez; y la doble cartulina a Yuste, tras un penalti que transformó Rubio para poner el empate, a la postre significó el punto, y también para tomar el impulso necesario para poner en aprietos al Cádiz en su feudo.
En cualquier caso, la historia quizá no pintaba demasiado bien desde el principio por culpa de una arranque arrollador del equipo de Jose González, que salió muy metido y con ganas de adelantarse pronto en el marcador, sabedores de la fortaleza defensiva de los de Tevenet conforme transcurre el partido. Eso sí, la primera llegada hubo de apuntársela el cuadro aurinegro en una falta lateral de Jesús Rubio que cabeceó Berrocal alto.
A partir de ahí, el dominio del juego fue cadista, que empezó de gozar de algunas oportunidades, ninguna de ellas demasiado claras, a excepción de la jugada del gol. Era el minuto 12 y un centro de Góngora le cayó a Dioni, que estaba absolutamente libre de marca, quien no marró la oportunidad y puso por delante a los suyos. Fue todo un mazazo, es decir, un gol demasiado tempranero, a priori, que afianzó el planteamiento de los amarillos, en detrimento de los aurinegros, hoy de blanco, que tuvieron que mover ficha para intentar tapar precisamente en la banda izquierda las incorporaciones de Ikechi y de Góngora. Se cerró esa vía de agua y el Cádiz fue diluyéndose con el encuentro; a raíz de ese punto, los leperos salieron a respirar más a menudo, incluso pudiendo lograr el empate en una jugada de Aranda por la derecha, cuyo centro se paseó por delante de la portería de Aulestia sin que Berrocal pudiera llegar al remate por unos centímetros.
En los instantes finales de la primera mitad, Sergio Sánchez hubo de parar en falta a Ferreiro, que se marchaba solo hacia la portería de José Ramón, lo que le supuso al central albaceteño la segunda amarilla. El San Roque, pues, se quedaba con uno menos con toda la segunda parte por disputar.
Pero a la vuelta de vestuarios, el equipo lepero tiró de orgullo, de un mayor orden, concentración y acierto, haciéndose, contra pronóstico, con el control del encuentro hasta recibir el premio a la fe. Primero fue la conexión Rubio – Berrocal la que puso en apuros a Aulestia; y luego el propio centrocampista extremeño disparó con peligro sobre la meta amarilla, pero de nuevo el portero local estaba bien colocado. Toda una declaración de intenciones por parte del San Roque, que controlaba, ahora sí, el cuero, si bien siempre había una respuesta por parte de un Cádiz en superioridad numérica y jugando como local. Lo normal y lógico por su potencial.
Así, se llegó al minuto 67, cuando Moscardó encontró el hueco en la defensa amarilla, colándose por él y siendo objeto de un clarísimo penalti que, además, suponía la segunda cartulina amarilla para Yuste. Curioso cuanto menos el hecho de que hubiera tan pocas tarjetas y tan poco repartidas. Diez contra diez y pena máxima. Rubio, con su habitual eficacia desde los 11 metros batió a Aulestia, poniendo el empate y rubricando la reacción aurinegra.
La tuvo Berrocal casi acto seguido, pero no pudo acertar con el remate ante un defensa y ante el meta rival. Los leperos desplazados a Cádiz casi cantaron el gol. Pero siguieron disfrutando, siguieron viendo cómo el San Roque de Lepe era capaz de generar peligro, de poner de los nervios a todo un Carranza, también con la inclusión de Óscar, que la tuvo nada más ingresar en el terreno de juego.
Pero el marcador ya no se movería más y el San Roque de Lepe se marcha de Cádiz con 1 punto y, además, manteniendo su distancia con el equipo amarillo, algo que hay que hacer bueno el próximo sábado ante el Villanovense, a las 5 de la tarde. Pero antes el sanrroquismo tiene una cita con la historia. Ante el Sevilla el martes. Si el equipo demuestra esta fe, todo es posible
