El joven de 28 años de edad que ha ingresado en prisión por su presunta implicación en la muerte de Manuel Flores, un comerciante homosexual de 43 años natural de Isla Cristina que fue hallado muerto por unos amigos en su domicilio del centro de la capital hispalense el pasado mes de julio, ha asegurado que los hechos tuvieron lugar después de que la víctima lo retuviera contra su voluntad en su vivienda e intentara abusar sexualmente de él.
De este modo, fuentes del caso han informado a Europa Press de que, después de ser detenido el pasado día 17 de agosto, el imputado declaró ante los agentes de la Policía Nacional y aseguró que, tres días antes de que tuviera lugar el crimen, comenzó a trabajar en la hamburguesería ubicada en el entorno de la Alameda de Hércules que regentaba la víctima, a la que no conocía «de nada» con anterioridad.
Al hilo de ello, y según las fuentes consultadas, el imputado puso de manifiesto en su declaración policial que durante los días que estuvo trabajando en el local estuvo durmiendo en la vivienda de la víctima, situada justo encima del establecimiento, y que, al tercer día, Manuel Flores lo habría retenido contra su voluntad en el domicilio, cerrando con llave la puerta del mismo, y habría intentado violarlo, aunque el imputado no precisó qué ocurrió posteriormente.
CONFESÓ LOS HECHOS A LA POLICÍA
De otro lado, las fuentes han precisado a Europa Press que la detención de este joven de 28 años, identificado como J.A.G. y al que le constan 41 detenciones anteriores, se llevó a cabo el pasado día 17 de agosto en la localidad onubense de Punta Umbría, cuando la Policía lo detuvo por un delito de quebrantamiento de condena después de aprovechar un permiso penitenciario para darse a la fuga.
Así, el joven se encontraba interno en una cárcel de la provincia de Cádiz por un delito de robo con fuerza, han apuntado las fuentes, que han añadido que, después de ser detenido, fue él mismo quien confesó a los agentes los hechos acaecidos en el relación al crimen de Manuel Flores. Tras ello, pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 15 de Sevilla, ante el que se negó a declarar y que decretó su ingreso en prisión por un delito de asesinato.
El comerciante, propietario de una hamburguesería ubicada en la zona de la Alameda de Hércules y que presentaba más de 50 puñaladas por todo el cuerpo, fue hallado por unos amigos en su vivienda de la calle Joaquín Costa, donde vivía solo. Tras ello, denunciaron el hecho ante la Policía Nacional, que inició una investigación y remitió las actuaciones a la autoridad judicial, quien decretó el secreto de sumario.
