Lepe se puso de estreno con las puesta de largo del nuevo estadio y la respuesta de la afición fue simplemente extraordinaria. Eso sí, las carencias fueron evidentes. Los accesos, el atasco de los coches al salir, las líneas de banda no se ven desde algunos asientos, parte de la prensa tirada en la grada para hacer las crónicas, calor agobiante en las cabinas, media fanega de tierra de bar en detrimento de otros servicios, la música de la megafonía como si fuera una discoteca, sillas de colegio para las cabinas de prensa, al igual que en la sala de prensa…
El estadio en sí es una maravilla, acoger para jugar al fútbol, aunque veremos en invierno con todas las esquinas abiertas. Será el estadio de la pulmonía a no ser que alguien le eche al asunto algo de sentido común. Todo deriva en que siempre se hace cargo de una instalación así gente que no ha visto un campo de fútbol en su vida.
El Ayuntamiento debería tomarse en serio el asunto porque es la imagen de Lepe. Y el San Roque luce ahora en el escaparate más que nunca. Las críticas a todos los flecos relatados fueron feroces. Seguramente porque la precipitación no lleva a ninguna parte y hay quien se ha precipitado en el estreno. Todo eso hay que arreglarlo a la mayor brevedad posible. Porque asoma la Copa de Campeones y España entera estará pendiente del Ciudad de Lepe y de todos los detalles que comportan la nueva instalación deportiva.
