La derrota en El Ejido acabó con el sueño tan largamente alimentado

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El San Roque debe levantar la cabeza porque ha sido grande entre los grandes a pesar de quedarse sin el premio de la liguilla. En el Municipal han caído equipos como Cádiz, Sevilla, Roquetas, Melilla y Écija, es decir todos los de arriba a excepción del Murcia. Mientras que fuera, el cuadro de Lobera asaltó escenarios como la Nueva Condomina, Carranza, Roquetas, Melilla y Ceuta. La asignatura pendiente fueron los de la parte baja, anecdótico, por otra parte. Donde de verdad ha estado el fallo es en la cortedad de la plantilla. No se alcanza a comprender cómo los que mandan no leyeron el mensaje del entrenador. El San Roque ha afrontado una liga durísima con 16 jugadores, lo nunca visto antes. Pero a eso hay que sumar que hubo algunos que no están para la categoría, aunque eso habrá que analizarlo una vez acabe la competición.

Por todo eso, Lobera explotó al término del partido en Santo Domingo. El técnico era un poema. Su rostro desencajado, su decepción por los cientos de personas que creyeron en el sueño. Por sus muchachos, por el club, por lo que ha sembrado y recogido. Lo mejor es le queda el reconocimiento unánime. A él, a su cuerpo técnico y a su plantilla, a la que han elevado al cielo los incondicionales aurinegros.

El San Roque de Lepe dejó enterrado su sueño en el Poniente Almeriense

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