Una familia de Isla Cristina se quedará en la calle, si nada lo remedia, el próximo 31 de enero por una deuda de 6.000 euros que La Caixa se niega a negociar, según los afectados.
José Antonio Ramírez Romero tienen de 54 años dos hijos de 21 y 6 años, y a su esposa con una trombosis cerebral derivada de un íctus. Trabajaba en la construcción y en 2013, en plena crisis, perdió su empleo. No volvió a conseguir trabajar hasta 2017. El impago de la hipoteca hizo que el banco le embargara su casa. A cambio, le ofrecieron que su familia se quedara en ella en régimen de alquiler social, que estuvo pagando hasta que ya no pudo más.
Ahora ha encontrado un trabajo con el que pagar a plazos esos 6.000 euros y el alquiler, pero la gestora de La Caixa se niega a negociar y pide el dinero al contado, pago al que no puede hacer frente ahora mismo, al ser el único con empleo en su familia.
El pasado día 19 de enero recibió la orden de desahucio, que se hará efectiva en unos días, y José Antonio asegura que no quiere limosna, solo pide que lo ayuden con un alquiler social para no acabar en la calle o que el banco le deje abonar la deuda a plazos.
José Antonio relata a HuelvaHoy que «no queremos limosna, quiero pagar, pero que me faciliten el pago» y se lamenta de que «no es normal que con un sueldo de 1.000 euros tenga que ir al contenedor a buscar comida porque nadie me ayude a solucionar esto de una forma razonable o a encontrar un alquiler social al que pueda hacer frente». «El día que vinieron a entregarnos la orden de desahucio mi mujer, que tiene un problema grave por el que no puede ni trabajar, tuvo que ser atendida por una ambulancia», y denuncia que «no hay derecho a que se trate a las personas de esta manera y que a los bancos no les pase nada y más con la cantidad de casas que hay vacías».
De su casa se encarga Buildingcenter S.A, una gestora inmobiliaria, dependiente de Servihabitat y perteneciente a La Caixa. Este vecino de Isla Cristina asegura que ha tratado de contactar con ellos, pero «no ha habido forma» y la directora de La Caixa en Isla Cristina «dice que no nos puede ayudar y ha echado balones fuera» por lo que se siente «totalmente desprotegido».
Si el banco se sigue negando a negociar y no recibe ningún tipo de ayuda, en unos días él, su mujer y sus hijos, se quedarán sin un techo bajo el que vivir.
