Tendríamos que mirar el partido como un derbi en toda regla porque las últimas citas entre ambos han determinado chispa y entrega total, como si se tratase de finales. El punto de arranque habría que ponerlo en el descosido que sufrió el San Roque la pasada temporada en San Pablo. El Écija le pintó la cara y el 3-0 resultante malhumoró a mucha gente, incluido Ceballos, por entonces liderando el banquillo. Luego vino el pasado reciente, con derrota el equipo sevillano en el Municipal. Y por último, la clasificación de ambos. Se equivocaría el que piense que el Écija es menor. Recuerdo que hizo el plantel a última hora, que tiene 29 puntos y un partido menos. Y que viene de empatar en Ceuta y ya saben que allí es milagroso puntuar por todo lo que acontece. Así el asunto, el San Roque vuelve a colocarse ante otro reto de los que ponen los pelos de punta. Es un partido no apto para jugadores menores. Así de concluyente.

Está de vuelta Gabri y por consiguiente el entrenador ya tiene dónde elegir, al menos arriba. Y es posible que entren en la convocatoria tanto Fernando como el catalán, ya que Pereira, sensible baja, no estará por acumulación de amonestaciones. Regresan, igualmente, Ekedo y Jaume y todo indica que el africano será titular en el centro del campo y Jaume en el lateral, para desplazar a Germán a la naturalidad en el centro de la zaga. Con Vidal tocado, es probable que Zou sea lateral zurdo.
Todo son especulaciones, pero cercanas a la realidad que puede asomar el San Roque en San Pablo.

Ganar es dar un golpe de autoridad y que los lobos se enteren que el San Roque va en serio. Es el mejor momento del equipo en lo que va de temporada porque ahora le sale todo. Incluso los balones que antes iban al palo, ahora van para dentro. La clave está en aprovechar el aire que sopla a favor. De poner el fútbol ya se encarga el conjunto de Lobera.