Ha sido a través de una intervención arqueológica previa a la excavación minera en Corta del Lago, en las minas de Riotinto, como los arqueólogos llegaron a descubrir este pequeño tesoro de gran valor patrimonial.
Pero, aunque el estudio sí fue programado bajo la autorización de la Junta de Andalucía, nadie esperaba encontrar algo similar, pues este trámite resulta rutinario cada nueva intervención en la mina.
Realizado el trabajo de los arqueólogos, aún queda mucho por hacer, pero las primeras hipótesis plantean que las monedas datan de entre los siglos I y II después de Cristo. Todo apunta a que se trata de una ocultación realizada por algún vecino adinerado varios siglos después, y que jamás volvió a recuperarlo.
El hallazgo es histórico en la mina, y más allá del valor monetario, los expertos hacen hincapié en su valor científico y en lo que su estudio generará para nuestra tierra.
El escorial 6B ya ha dado su fruto y ahora queda seguir con la intervención arqueológica, por supuesto, con buenas expectativas. En cuanto al tesorillo, de momento es el Museo de Riotinto quien disfruta de albergarlo, a la espera del trabajo de restauradores.
