A las doce menos veinte de la mañana llegaba la Virgen del Rocío a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Almonte, donde permanecerá los próximos nueve meses, concretamente hasta una semana antes de la Romería de Pentecostés de 2020.
La Virgen del Rocío salió de su ermita este lunes, tras un multitudinario salto de la reja, sobre launa menos cuarto de la tarde y, a primera hora de este martes, llegó al templete del Alto del Molinillo, en el Chaparral, donde sobre las siete y media de la mañana sus camaristas le descubrieron el rostro, haciendo que la multitud de peregrinos rompieran en júbilo.
Entre vivas, salvas de escopetas, petaladas, cantes y momentos de emotividad, la Blanca Paloma recorrió, primero, las calles de su aldea durante seis horas para después adentrarse por el Camino de los Llanos hasta llegar finalmente a las calles de Almonte.
Todo el recorrido a hombros de los almonteños que, con gran devoción, han participado en este traslado que se produce cada siete años.
