El San Roque de Lepe ya conoce los tres resultados en las tres jornadas que se llevan disputadas en el grupo cuarto de Segunda B. Empató a uno en Santo Domingo, ante el Poli Ejido, dentro de un partido que dejó una sensación extraña. Durante los 90 minutos de juego, el conjunto de Tevenet, asomó superior a su rival cada vez que se lo propuso. El problema es que se lo propuso pocas veces, al menos eso es lo que pareció, aunque el entrenador se encargó de desmentirlo en la sala de prensa.
El cuadro aurinegro amaneció en el partido mandando en todas las facetas del juego, ante un adversario primitivo y previsible en su fútbol, todo a base de pelotazos. No contaba con ocasiones claras el San Roque, pero la impresión era que podía desnivelar en cualquier momento. Pero no contaba el equipo lepero con la fragilidad de su defensa. A pesar de tener centrales que llegan al cielo en estatura, todos los balones aéreos los ganaba el Poli, para sonrojo de la cobertura lepera. Así llegó el gol local, a la salida de un córner, con toda la zaga pinchada en el suelo. Pepe sólo tuvo que empujar la pelota. Minuto 17 de partido.
El tanto dejó tocado al San Roque, aunque se rehízo en el tramo final de la primera parte. Primero empató Jesús Rubio con un golazo de falta directa y luego, Rojas mandó un cabezazo al larguero y Carlas, en la misma jugada, remató rozando el poste. Parecía el preámbulo de la remontada definitiva.
Pero el San Roque se tornó timorato en la continuación, ante la propuesta plana de los locales, una banda en toda regla. Y así fueron consumiéndose los minutos hasta extinguirse el partido, con un par de ocasiones para ganar, pero con la sensación de que al San Roque le faltó continuidad o convencimiento para sumar la victoria.
