El San Roque de Lepe logró un triunfo histórico en el Ramón de Carranza, ante el Cádiz, por 0-2, después de fijar un dibujo de extraordinaria composición que ahogó a un rival que acabó desquiciado y muerto, con tirones musculares por todas partes y el alma rota, después de los tantos de Julio de Dios, al filo de la primera parte, y de Fernando, ya sobre el final, lo que dejó helado el estadio gaditano y puso en el éxtasis a la nutrida afición lepera, en torno a 200 en el Ramón de Carranza, con el alcalde de Lepe presente.
El triunfo deja al San Roque tercero en la tabla y dando un golpe de mano en una de las plazas más exigentes de Segunda B, ante un rival directísimo por el ascenso. Lobera, en rueda de prensa reconoció el trabajo de su equipo y la apuesta, en consonancia con lo que venía enseñando el San Roque toda la Liga.
La primera parte anunció a un San Roque en el atrevimiento, teniendo el control del partido, sin llegar en exceso, pero desafiando al Cádiz, hasta que sobre el final de la primera parte, se desató la tormenta en aurinegro y llegaron, antes del gol de Julio de Dios, tres dos ocasiones claras.
Con el cero a uno en el marcador, todo hacía indicar que el Cádiz saldría al campo en la reanudación mordiendo todo lo que se pusiera por delante. Y así fue. El San Roque lo pasó fatal, pero se sostuvo, aguantó el tirón y pasado el 20 del segundo tiempo, comenzó a manejar de nuevo, hasta que en el tramo final, con el Cádiz en descomposición, Fernando, sustituto de Óscar, asestó el golpe definitivo al partido y al rival.
Fue el triunfo de la fe, de la solidaridad y de la defensa de un estilo. El San Roque ya no es ninguna broma. Y el calendario, en teoría, le es favorable. Ya nadie piensa que es una utopía jugar por el ascenso a Segunda.
