El rival que asoma mete respeto pero en condiciones normales, el San Roque es favorito por diferentes circunstancias. Primero porque el juego del conjunto de Lobera invita al optimismo, después de dos victorias consecutivas. Segundo porque es consciente que para mantenerse arriba no puede fallar ante adversarios que tienen prácticamente la temporada hecha y que no tienen aspiraciones por arriba. Además, a eso hay que añadirle que en el partido de la primera vuelta, con derrota aurinegra por 1-0, el San Roque se quedó con mal sabor de boca porque mereció mucho más y le faltó suerte.
El Puertollano cerrará el grupo de partidos en los que el San Roque estaba en la obligación de sumar la victoria. Lo consiguió ante el Caravaca y ante el Jumilla y queda la última estación, justo antes de afrontar el Tourmalet, ante adversario que se presentan como enemigos directos por el sueño.
Visitará la próxima semana la ciudad deportiva del Sevilla, recibirá al Roquetas y visitará Carranza para recibir posteriormente al Jaén. Así pues, el próximo mes de competición marcará el rumbo definitivo del equipo de Lobera. Eso sí, el entrenador ya ha manifestado en cada comparecencia pública que su equipo no pensará más allá del próximo partido. Argumenta el aragonés que “todo lo que sea hacer cábalas y números posibles no llevan a ninguna parte porque el fútbol es imprevisible. Tienes que pensar en ti y luego, si los demás te ayudan, mejor. Pero no podemos dejar el camino que hemos marcado desde el principio”, aseveró Lobera.
Hecha la exposición, y a falta de 12 jornadas para el final, restan varios mundos por descubrir y muchos enfrentamientos directos por la parte alta. Así que no está exento de razones Lobera al asegurar que el fútbol es el día a día. En todo caso, ya se disparan los rumores con respecto al trato que puede tener el San Roque de seguir llamando la atención en las últimas cuatro o cinco jornadas. Está rodeado de todos los grandes de la Liga y hay muchos intereses en juego. Habrá que mirar con lupa los arbitrajes y el trato. Aunque es aventurarse demasiado.
