En las últimas temporadas, concretamente desde que el San Roque vive su segunda etapa en Segunda B, le han aparecido al conjunto lepero dos campos malditos: Ceuta y Écija. La primera maldición la liquidó hace unas semanas cuando venció en el Murube 1-2. Así, sólo le queda una, San Pablo, campo que visita el domingo a partir de las cinco de la tarde.
En Écija siempre jugó mal el San Roque. Y por ahí se le cuela el primer reto: romper en mil pedazos el conjuro. El segundo se posa en su excelente racha de juego y resultados. Y para finalizar, el rival no las tiene todas consigo. Camina en el alambre y eso concede licencia para soñar con asaltar el campo sevillano.
Tevenet, no muy dado a los cambios radicales, tiene en mente repetir equipo o, en su defecto, hacer un par de variantes. Rojas podría ser uno de los beneficiados y Adri el otro, lo que iría en detrimento de Sergio Sánchez o Lobato, en defensa, con afectación para uno de los volantes, Chapi o Melchol, en el centro del campo.
No se espera asistencia masiva de aficionados de Lepe al Municipal de San Pablo. Tienen mala experiencia de los viajes allí. En todo caso, habrá incondicionales del San Roque presentes en las gradas.
Después de haberse posicionado cerca de la primavera, el quinto en la tabla, Tevenet y sus muchachos se conciencian para no bajar del pedestal y arrimarse aún más al calor. Son tres puntos vitales por la tabla y porque ganar enterraría definitivamente los fantasmas del San Pablo.
