El San Roque salva los muebles de penalti en el minuto 95

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Del mal el menos, debe estar pensando a estas alturas toda la familia sanrroquista, tras el empate en el último instante del encuentro, gracias a un penalti transformado por Rubio ante un Villanovense que se encontró un gol tras el descanso y se limitó a defenderse durante los 90 minutos, aunque los aurinegros tampoco estuvieron especialmente acertados a lo largo de un choque con, quizá, demasiadas tarjetas para lo que se vio sobre el terreno de juego, y con muchas imprecisiones que no dejaron ver un partido vistoso. Todo lo contrario.

Los leperos, también es de justicia decirlo, ha tenido –aún lo tiene- un mes de diciembre de exigencia máxima que ha hecho mella en el rendimiento del equipo, con dos partidos, además, de primer nivel ante el Cádiz y el Sevilla. Y el peligro, con dos rivales de entidad antecediendo a este encuentro, estaba ahí.

Durante los primeros minutos del partido se fueron confirmando estas sensaciones, unos instantes en los que los aurinegros no disfrutaban precisamente sobre el terreno de juego, con un rival que acumulaba hombre y más hombres por detrás del balón, sin dejar un resquicio para la creatividad de los locales, es decir, todo un acierto, hay que decirlo, por parte de los extremeños, que vinieron en busca de un punto que al final logró.

De hecho, lo más reseñable de la primera mitad fue la lesión y posterior retirada del partido de Aranda, que se perdía los primeros minutos de una liga en la que había disputado, hasta el momento de ese golpe en el costado, todos y cada uno de los minutos en disputa. Tevenet dio entrada a Borja Perea para cubrir el lateral derecho y éste cumplió con creces en esa posición. El primer disparo, eso sí, fuera de los tres palos, del San Roque de Lepe se produjo en el minuto 19, Urko Arroyo desde la frontal, en el que la bola se marchó a la derecha del marco defendido por Javi Muñoz.

Ciertamente, el encuentro estaba resultando aburrido para los aficionados, porque apenas tenían una ocasión que llevarse al descanso. De hecho, fue el Villanovense el que disfrutó de la mejor, por decirlo de alguna manera, en una falta lateral botada por Anxo que remató en el segundo palo Javi Sánchez fuera, aunque el árbitro dio un córner que se sacó sin consecuencias.

Jarro de agua fría
De esta forma se llegaba al descanso y, visto lo visto, la segunda parte sólo podía mejorar la primera. Pero no fue así, al menos para los intereses aurinegros, porque nada más reanudarse el encuentro, una falta lejana que no debería haber entrañado peligro alguno se convirtió en el gol visitante, cuando Anxo sorprendió a todos disparando desde lejos directamente a la portería: la pelota entró cerca de la escuadra izquierda de la meta de José Ramón y se convirtió en el 0-1. Demasiado premio, pero inamovible.

El tanto en contra espoleó a los locales, que cambiaron un poco el ritmo y la intensidad, logrando llegar con más asiduidad al área serona. Primero fue una jugada del recién ingresado Checik, que sirvió para Berrocal, que regateó la mala salida del portero ganando la línea de fondo y poniendo el centro que sacó la defensa, cuyo despeje enganchó Urko Arroyo, muy taponado, que no pudo aprovechar la ocasión. Poco después, tras una llegada por la izquierda de Óscar, también hombre de refresco, éste puso el centro que rebotó en un defensa, cayendo la bola a los pies de Cheick, de espaldas a la portería, quien golpeó en remate acrobático, obligando al meta visitante a realizar la para del partido para evitar el empate.

Premio a la insistencia
Las llegadas se seguían sucediendo, especialmente en el tramo final del encuentro, como la de Urko que centró para Berrocal, quien prolongó el centro, evitando al portero, aunque a la pelota no pudo llegar Óscar para remachar. Casi con los mismos protagonistas estuvo a punto de llegar, otra vez, el gol, en el minuto 90, pero el doble remate no encontró la portería rival.

El premio a la insistencia llegó en el cuarto minuto de la prolongación, antes el Villanovense se había hartado de perder tiempo, cuando Urko Arroyo intentó regatear dentro del área levantándole la bola al defensor Lolo Guerrero, que cortó la acción con la mano: penalti y segunda amarilla. Jesús Rubio, el especialista, transformó la pena máxima con brillantez y ya no hubo tiempo para más.

De esta forma, el San Roque de Lepe despide la liga en este 2011, aunque aún tiene pendiente la segunda parte de la fiesta copera en el Ramón Sánchez Pizjuán, el próximo martes a las 22.00 horas. El reencuentro con la competición liguera de los aurinegros se producirá ya en 2012 ante el Lorca a domicilio.

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