Es la primera vez en lo que va de temporada que Sergio Lobera tiene que descartar a un jugador para el desplazamiento a Lorca, lo que se puede interpretar como un signo de abundancia. Teniendo en cuenta el detalle, es posible que el San Roque aumente su ya crecido ego porque la familia ha aumentado y eso hay que celebrarlo. Nada mejor para hacerlo que conquistando el triunfo.
El primer reto se posa en defender la tercera plaza de la tabla. El segundo en conquistar por primera vez la victoria en tierras murcianas. Ni la pasada temporada ni en lo que va de la presente, el conjunto aurinegro ha sido capaz de vencer en Liga. Sólo lo hizo en Copa Federación y fue ante el rival que asoma. Además, el Lorca fue el primer osado en profanar el templo del Municipal. Empate a uno gol de Meca.
Así las cosas, el San Roque, con la tropa al completo, se pone en disposición de dar otro golpe de mano y desafiar de esa manera a todo lo que tiene en contra, esencialmente la falta de efectivos en la plantilla. Menos mal que Lobera es educado y no tira con bala en las reclamaciones. Lo que está haciendo con el San Roque se llama milagro y mucho trabajo.
Del rival apuntar que se ha reforzado en el mercado de invierno y que es posible que la alineación que ponga no tenga nada que ver con la de la primera vuelta. Ellos están entre Pinto y Valdemoro en la tabla, con amenaza de descenso y eso les hará fuertes al mismo tiempo que les añadirá presión. Veremos cómo lo gestionan.
Es el partido, de otros tantos en los que el San Roque se pone de nuevo ante la máxima exigencia. Y llevamos así todo el campeonato. Es lo que tiene hacer las cosas bien y llamar mucho la atención.
