Esta vez no habrá reconsideración. Los jugadores del Ayamonte descartan desplazarse a Conil el próximo fin de semana si no hay una solución o al menos un principio de entendimiento para que el club rojillo salga de la crisis económica e institucional en la que se encuentra desde que comenzó prácticamente la temporada.
Hasta ahora, el vestuario ha amenazado hasta en tres ocasiones con no jugar un partido del grupo X de Tercera División. En la última ocasión, incluso, la advertencia fue por escrito, a través de un comunicado en el que exigía el pago de al menos una mensualidad para saltar al campo. Al final, la plantilla fronteriza siempre dio un margen de confianza extra o, como en el último caso, decidió voluntariamente jugar.
De hecho, los rojillos jugaron el último encuentro de la Liga, contra el Arcos, para despedirse de la afición al considerar que la entidad no da alternativas de futuro. Ha pasado una semana, en la que no ha habido competición, y no hay noticias claras sobre un posible nuevo órgano rector que planifique un plan de pagos.
La Delegación Onubense de Fútbol ha provocado una nueva reunión abierta para este martes (20.30 horas) a la que acudirán dirigentes, socios, exdirectivos y toda aquella persona interesada en ayudar. Sobre la mesa todavía está la dimisión de Juan Morales como presidente, uno de los asuntos a resolver.
El Ayamonte, por otra parte, ha vuelto a los puestos de descenso después de la disputa del encuentro aplazado entre el Pozoblanco y el Arcos, que ha salido de la zona roja en detrimento de los de la Puerta de España con su triunfo en la localidad cordobesa. El Ayamonte tiene la oportunidad de volver a salir de ella. Tendría que jugar y lograr en Conil una cuarta victoria seguida.
El ultimatum de la plantilla del Ayamonte es definitivo esta vez
