El mapa de la memoria. La localidad onubense de Gibraleón ha sido uno de los cuarenta municipios de todo el país que, a propuesta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, han llevado a cabo un sencillo homenaje en recuerdo de todas las víctimas del terrorismo en aquellas plazas y calles que llevan el nombre del concejal asesinado por ETA, que se ha convertido en un ‘icono’ de la lucha contra dicha lacra.
A los pies del monolito con el que Gibraleón recuerda a las víctimas del terrorismo, una representación del equipo de Gobierno de la localidad, que encabezó su alcalde, José Ramón Gómez Cueli, se llevó a cabo una ofrenda floral en presencia de vecinos olontenses.
Allí, el primer edil leyó una declaración institucional en la que elogió la figura del recordado concejal de Ermua e hizo un llamamiento a redoblar el compromiso de la sociedad con la democracia y la convivencia pacífica.
Según recordó el regidor olontense, Miguel Ángel Blanco “permanece en la conciencia y en el corazón de la gente de bien, y es un referente y un símbolo de libertad, conciencia y solidaridad”.
Seguidamente, la delegación municipal visitó la calle que lleva el nombre del fallecido, donde Gómez Cueli recalcó que después de la muerte de Miguel Ángel hay un antes y un después para la sociedad.
Para la Fundación Miguel Ángel Blanco, el mes de julio de 1997, cuando se produjo el asesinato del edil, puso de manifiesto la “mayor y mejor contestación” a la “barbarie terrorista”.
La sociedad se unió entonces en relación a aspectos como la no negociación con ETA, la aplicación del estado de derecho, la solidaridad con las víctimas, la unidad social y política y la deslegitimación del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones.
