La boya ‘antitsunami’ de Geostar en aguas del Golfo de Cádiz sigue desactivada. Sin pilas. Y eso que el coste es de unos 20.000 euros, una cuantía irrisoria si se tiene en cuenta el beneficio que dicho dispositivo podría suponer en caso de registrar un fenómeno sismológico de graves consecuencias.
El asunto, que parece no tener demasiada importancia para las autoridades competentes, ya lo advirtió el periodista José Contreras, director de CNA y colaborador de El Mundo en su blog personal el 23 de enero de 2011.
Mientras tanto, investigadores y especialistas sobre tsunamis de las universidades de Huelva (UHU) y Cádiz (UCA) tienen claro que no hay forma de predecir cuando se registrará el próximo tsunami, pero están convencidos de que ocurrirá, por lo que lo más aconsejable sería que la población estuviera informada mediante protocolos para saber qué hacer ante la catástrofe.
Según publica el suplemento Crónica de El Mundo, los estudios indican que habría poco tiempo para reaccionar y ponerse a salvo, entre 30 y 45 minutos a lo sumo, siempre y cuando haya un sistema de alerta anti tsunamis. Actualmente, España participa del Sistema de Alerta Temprana contra los Tsunamis, pero no dispone de un Sistema Nacional de Alerta propio.
El pasado 12 de febrero, el diputado Carlos Martínez Gorriarán defendió en la Comisión de Fomento la Proposición no de Ley que, a iniciativa de UPyD, proponía instar al Gobierno la integración operativa de España en el Grupo Intergubernamental de Coordinación del Sistema de Alerta Temprana y Mitigación de Tsunamis en el Atlántico Nororiental y el Mediterráneo y Mares Adyacentes.
Gorriarán explicó que España ya forma parte de este grupo, pero que para su integración definitiva debe habilitar una red de alerta nacional, que ya existe, y articular unos planes de emergencia.
La integración operativa en este grupo es una reclamación de innumerables organismos, y no supondría una mayor dotación presupuestaria para el Estado. El diputado de UPyD también quiso recordar en su intervención parlamentaria que hay antecedentes de tsunamis en España, como el que afectó gravemente a las costas de Huelva y Cádiz tras el terremoto de Lisboa en 1755.
