Decir que ahora mismo existe la cantera es hacer un canto al atrevimiento. Los entrenadores de la base, excepto uno o dos, no han cobrado y mira que cobran poco. El San Roque B ha sido un desastre, con desfiles inútiles de chicos africanos que no están para nada y con os ingleses presionando porque querían que jugaran en la primera plantilla.
Ahora mismo, la base está en el aire y es el cuento de siempre. Tendrá que empezar de nuevo. Todas aquellas buenas intenciones volaron en mil pedazos y veremos qué hacen los ingleses, que no han pagado ni la gasolina a los chavales, que han dado la cara hasta el final a pesar de las dificultades. Queda trabajo por delante. Pero sobre todo queda que alguien ponga el sentido común encima de la mesa y llame a las cosas por su nombre. Es cierto que sin los ingleses el San Roque tendría muy complicado competir en Segunda B. Pero tal cual el asunto. Es mejor ser pobre y honrado porque da la impresión que les importa un pimiento la historia, la camiseta, el escudo y la afición, que es el mayor activo que tiene el club.
