El Ayuntamiento de la localidad costera de Ayamonte ha concedido la rotulación de una nueva calle a la figura de Sebastián Casillas ‘El Panadero’, ubicada en el sector 12, frente al Tanatorio Municipal.
En el acto estuvieron presentes, entre otros, la alcaldesa del municipio Natalia Santos, acompañada de miembros de la Corporación Municipal, así como familiares y amigos de Sebastián Casillas. Francisco Blázquez, amigo del homenajeado, fue el encargado de presentar este acto, el cual llevó a cabo una pequeña y emotiva introducción sobre la semblanza de Sebastián Casillas, donde agradeció al Ayuntamiento este homenaje.
La alcaldesa de Ayamonte, Natalia Santos, se mostró satisfecha por la concesión de la calle a la persona de Sebastián Casillas, elogiando su figura y poniendo de manifiesto los valores y actos altruistas que llevó a cabo en vida.
Al producirse el golpe de Estado de julio de 1936, Sebastián Casillas escapó de su pueblo con la intención de llegar a la zona republicana de la provincia de Badajoz pero, al no poder alcanzar su objetivo, regresó a su pueblo donde su padre, viejo militante socialista, había sido fusilado y el negocio familiar arruinado. Se ocultó durante casi 10 años en un cuarto oscuro tapiado por una estantería del comercio en comunicación con su madre y donde sólo tenía noticias del exterior por medio del diario portugués O Seculo. Por este periódico conocería la existencia de una amnistía, por lo que decidió salir de su escondite y presentarse a las autoridades. Le notificaron que tenía pendiente dos condenas a muerte. Enviaron su expediente a la Capitanía General de Sevilla de donde, al cabo de varios meses, le notificaron que al no recaer sobre él delitos de sangre, su causa quedaba sobreseída. En los años sesenta reanudó la actividad política, participando en la reorganización del movimiento socialista clandestino. Tras la recuperación de la democracia, el 18 de septiembre de 1978 participó en la constitución de la AS de Ayamonte. Fue elegido concejal del ayuntamiento de dicha localidad en 1983, ejerciendo como primer teniente de alcalde.
El homenaje concluía una vez descubierta la placa, entre los aplausos de todos los presentes tras conocer más de cerca la historia de un hombre que, a pesar de las difíciles circunstancias derivadas del régimen franquista, quiso anteponer el bienestar de los demás al suyo propio.
