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Bendecidas las instalaciones del nuevo Comedor Social de Isla Cristina

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Bendición del comedor social
Bendición del comedor social

Tras siete meses de obras, y desde que el pasado 6 de agosto se pusiera la primera piedra, el Comedor Solidario de la Asociación “Manos Isleñas Grupos de Acción Solidaria” (MIGAS) fue bendecido por el Obispo de Huelva, Monseñor José Vilaplana, que estuvo acompañado del Presidente de la Diputación Provincial de Huelva, Ignacio Caraballo, la Alcaldesa de Isla Cristina, Mª Luisa Faneca y el Primer Teniente de Alcalde, Francisco Zamudio y gran parte de la Corporación Municipal, miembros de la Junta Directiva,  de la Asociación y un gran número de voluntarios que se han ido sumando a esta iniciativa prestarán apoyo y ayuda en este proyecto con el fin de que muy pronto pueda abrir sus puertas y comenzar a atender aquellas familias y particulares más necesitados de la localidad.

Manuel Carrasco explicó a todos los presentes el significado de este proyecto y el compromiso que tiene esta Asociación con un determinado sector de la sociedad, destacando que este Comedor “es fruto de la solidaridad, la implicación y el apoyo del pueblo isleño”, al tiempo que agradeció el apoyo a las instituciones, especialmente al Ayuntamiento isleño “porque nos han ayudado en todo lo que hemos necesitado para hacer realidad este proyecto con el que pretendemos ayudar a aquellas familias castigadas por esta crisis en una de sus necesidades más básicas, la alimentación”.

El obispo de la Diócesis de Huelva, Monseñor José Vilaplana, que agradeció la invitación “por poder compartir con vosotros este momento de esperanza” dijo que “cuando una crisis se gestiona bien comienzan a madurar muchas iniciativas solidarias de este tipo y cuando crecen los problemas también se despierta la solidaridad en la sociedad”. En este sentido, el Obispo de Huelva hizo un llamamiento a que «es el momento de sumar esfuerzos, tanto desde las administraciones como desde la ciudadanía, para poder ofrecer a quienes más lo necesitan una red de atención lo más completa posible».  Monseñor Vilaplana hizo hincapié, por último en la idea de que «también se hace necesario mostrar una sensibilidad exquisita hacia las personas a las que se presta este tipo de servicio porque es importante tener claro que estamos tratando con la dignidad humana y personas afectadas por diversos problemas».

Por su parte, el presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo, definió este momento como “entrañable pero con un sabor agridulce”, porque en su opinión “por un lado florece la capacidad humana de servir a los demás, de que hay personas, voluntarias, dispuestas a ayudar a quien lo necesita, pero por otro, pensamos que este tipo de espacios o iniciativas no deberían de existir, por las causas que lo originan”. Finalmente, Caraballo que repasó las líneas de ayudas sociales de la Diputación, se comprometió a ayudar económicamente a esta asociación isleña ensalzando “el papel de todas estas asociaciones movidas por la solidaridad y el respeto hacia quienes lo están pasando mal”. “Servir al que lo necesita no es un proyecto político, sino de la sociedad”, puntualizó el presidente.

Cerró el acto la Alcaldesa de Isla Cristina, María Luisa Faneca, que resaltó “que este es un proyecto de un grupo de personas que creyeron que ante esta complicada situación debían hacer algo para ayudar a muchas familias afectadas por la pérdida de capacidad económica”; por ello la primera Edil quiso expresar su agradecimiento a “todas las personas que pusieron en marcha este proyecto e hicieron partícipes a la sociedad isleña, empresarios, empresarios particulares,  en lo que hoy es una realidad, el Comedor Solidario”.

La alcaldesa que puso en valor “el carácter solidario del pueblo isleño”, insistió en que es necesario que “la coordinación y la cooperación entre todas las entidades, asociaciones y personas que en estos momentos están trabajando por ayudar a los que más lo necesitan  es fundamental a la hora para optimizar todos los recursos al alcance de cada uno para que los proyectos funcionen, sean parte de un todo y no se conviertan en iniciativas aisladas y por supuesto lleguen a todas aquellas familias y personas que lo necesitan”. María Luisa Faneca concluyó “mostrando el apoyo del Ayuntamiento a este proyecto” subrayando una vez más que la puesta en marcha de este comedor «pone una vez más de manifiesto que Isla Cristina es un pueblo muy solidario que responde y muestra su apoyo cuando se les hace un llamamiento de cualquier índole y este comedor es un ejemplo a seguir».

Por su parte, acabado el acto, el responsable del Área de la Vicepresidencia y Primer Teniente de Alcalde, Francisco Zamudio, hizo una valoración positiva de un proyecto que “por qué no decirlo, por los motivos económicos que todos conocemos, no hemos podido llevar a cabo los políticos y es digno de reseñar que ciudadanos isleños se hayan organizado para poder cubrir unas necesidades que son básicas como la alimentación”. Zamudio coincidió con los que le precedieron al decir que “eran momentos agridulces” porque “todos conocemos a personas allegadas, familiares o conocidos que lo están pasando mal y que existan isleños que se echen para adelante y demuestren su solidaridad, es digno de elogiar y felicitar”.

Zamudio, que es también socio de la asociación, animó a que “seamos más mientras esté abierto aunque, por otro lado, espero que se cierre lo más pronto posible, querrá decir que ya no es necesario” poniendo, además, en valor que “aquí, además de satisfacer esas necesidades básicas como es la comida, también se darán otras como el cariño y la solidaridad, que también son importantes”.

Así, bajo el lema «Unamos nuestras manos» y con la consigna «cualquier ayuda suma» esta asociación, que se define aconfesional, apolítica y sin ánimo de lucro, ha logrado transformar una vieja nave en un moderno comedor equipado con varias cámaras de almacenaje y refrigeración, despensas, aseos, oficinas y una cocina industrial preparada para servir más de 200 menús diarios.

En agosto del año pasado, la asociación logró poner la primera piedra de lo que hoy ya son unas nuevas instalaciones solidarias, que se levantan en una vieja nave abandonada de unos 250 metros cuadrados, ubicada junto al puerto isleño y cedida para tal fin durante los próximos 6 años por la familia García-Toscano.

En sólo un par de semanas se espera empezar a servir una media diaria de 100 comidas, pese a que como aseguró el presidente de la asociación, el comedor tiene una capacidad para 200 personas. Para ello tan sólo se está a la espera de firmar un acuerdo con el Consistorio de la localidad ya que serán sus servicios sociales los encargados de derivar al comedor a quienes lo necesiten.

Según fuentes de la Junta Directiva, el comedor solidario cuenta ya con existencias de casi 5.000 kilos de alimentos conseguidos durante la campaña de recogida que tuvo lugar la pasada semana que desbordó las mejores previsiones de la asociación.

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