La Semana Santa se encuentra a la vuelta de la esquina, y en esta última Semana de Cuaresma son muchos los que verán truncada su suerte al tener este año procesiones por las calles, debido a los efectos de la crisis originada por el COVID-19.
Al daño sentimental se le une lo económico, y es que nuestra provincia onubense será una de las que se verá afectada en estas líneas, debido a recibir cada año miles de turistas en sus municipios que vienen buscando la devoción y la fe por sus calles.
La alcaldesa de Ayamonte, Natalia Santos, aseguró ayer en nuestro programa «Primer Tramo» que «la Semana Santa de Ayamonte es Fiesta de Interés Turístico Nacional y la repercusión socioeconómica va a ser importante».
Por su parte, Aurelio Madrigal, capataz del Cristo de la Misericordia de Lepe, aportaba que «hay muchas empresas que viven de la Semana Santa», centrándose, no sólo en floristas, artesanos y bordadores, entre otros, «sino también bares y hostelería».
A pesar de esta crisis, hermandades y cofrades no cesan en dar rienda suelta a su imaginación, en un intento por lograr la solidaridad en estos tiempos difíciles y crear iniciativas para ayudar a los demás. De hecho, muchas hermandades han creado «papeletas solidarias» para contribuir a las bolsas de caridad.
Labores como estas favorecen el verdadero espíritu de la Semana Santa, que aunque no presente este año procesiones por las calles, verá su devoción más fuerte que nunca en todos los amantes de la fiesta.
