Ayamonte, Isla Cristina, Beas o La Rábida han sido algunos puntos en los que la cuaresma se ha traducido este pasado fin de semana en un Vía Crucis que ha llevado el incienso a iglesias y calles.
En la localidad ayamontina comenzó el sábado en la Residencia de Ancianos, donde el Cristo del Amor estuvo expuesto en besamanos, y fue organizado por la Agrupación de Cofradías de la localidad.
Por su lado, en La Rábida, y tras la misa de las seis de la tarde del domingo, la Hermandad del Calvario celebró en colaboración con la Comunidad Franciscana el rezo del Ejercicio del Vía Crucis por los alrededores e interior del monasterio rabideño.
Se ha tratado de una forma de vivir la Cuaresma y de afianzar los lazos que une a Calvario con los franciscanos y La Rábida.
También las calles isleñas y beasinas acogieron el desfile del Vía Crucis en medio de la solemnidad y el recogimiento propios de este acto cofrade.
El Vía Crucis se trata de un acto de piedad, un camino de oración que busca con la meditación de la pasión y muerte de Jesucristo en su camino al Calvario.
