Con los pies en el suelo, claro, pero con una imparable sensación de que este curso puede ser el de los aurinegros. Luego pueden llegar penas y lamentos, pero hoy por hoy los de Antonio Fernández huelen que alimentan, como se dice por aquí abajo. Cinco partidos consecutivos sin perder, con cuatro victorias y un empate, son argumentos suficientes para soñar en grande a pesar de reconocer y saber que queda mucho camino por recorrer.
Ayer se asaltó un fortín hispalense que no era mancillado desde el curso 2018-19. Se dice pronto. A los mandos de un Antonio Fernández, al que dejan trabajar con total seriedad y normalidad, y la capitanía de un Abeledo que empieza a estar en sintonía con el Ignacio de la pasada temporada, cualquier aficionado lepero tiene licencia para sonreír y porfiar por el campeonato.
Ayer fue el Sevilla C (1-2), la semana pasada el Castilleja (1-3) y las anteriores Córdoba B (0-0), La Palma CF (2-1) y Ciudad de Lucena (1-0), dentro de nueve días puede ser el Coria en Sevilla, y es que nos tenemos que remontar al año del último ascenso a Segunda B de los leperos para superar los 13 puntos en seis jornadas que atesora el San Roque de ahora. Ese curso es el referente a la liga 2013-14 donde los aurinegros con seis jornadas iban líderes con 16 puntos.
