El San Roque de Lepe debería hacer algo al respecto de lo que está sufriendo.En el Alfonso Murube de Ceuta fue el último escarnio de una retahíla que pondría de los nervios a cualquiera. Los arbitrajes están siendo crueles con el equipo de Lobera. Es posible que moleste un club modesto entre los grandes. Y puestos así, en la naturalidad, en la objetividad, a estas alturas al San Roque le han birlado varios puntos y aún no le han regalado nada.
Así la historia, en Ceuta, además, fue vilipendiado por un club que sufre decepción tras otra que, comandado por un presidente de república bananera, hace y deshace a su antojo. Al término del partido en el Alfonso Murube, secuestró a la prensa de Huelva, a la que rodeó con la seguridad privada del estadio y amenazó a todo el equipo aurinegro con porras en mano. Menos mal la intervención de la Policía Nacional. Agredieron a Miguel Ezequiel y los insultos desde el banquillo local fueron constantes todo el partido. Seguramente por la incapacidad propia para poder superar a un equipo como el San Roque que acabó con nueve y mereció el triunfo si no llega a ser por la actuación del castellano-manchego Álvares Pinardo, que inclinó tanto la balanza a favor de los locales que el mérito por el empate del San Roque en Ceuta se eleva al infinito.