El consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, ha hecho un llamamiento este martes a los alcaldes andaluces para que eviten la celebración de ferias, verbenas, romerías o eventos similares que supongan la aglomeración de personas durante, al menos, los meses de junio, julio y agosto debido al riesgo de contagio de coronavirus.
Pese a la baja incidencia del Covid-19 en Andalucía y más concretamente en la provincia de Huelva, la “prudencia” solicitada por Bendodo a los regidores para no dar “un paso en falso” pone de manifiesto el hecho de que este verano no se podrá disfrutar de muchas de las celebraciones más tradicionales de nuestra tierra.
Este es el caso de, por ejemplo, las fiestas de San Antonio en Bellavista, de San Pedro en Corrales o de la Fiestas Patronales de los Remedios, cuya suspensiones fueron anunciadas días atrás por el Ayuntamiento de Aljaraque. Misma suerte han corrido las Fiestas de San Antonio de Padua en Punta del Moral, actualmente aplazada hasta nuevo aviso, las de El Carmen en Isla Cristina o las de El Salvador en el Barrio de la Villa de Ayamonte.
En el aire todavía se encuentran muchas otras, que deberían celebrarse en las próximas semanas, como las Fiestas Patronales en honor a María Auxiliadora en Pozo del Camino, las del Mercado y Nuestra Señora de la Blanca en Villablanca, las del Carmen de Canela o Punta Umbría, además de la Feria puntaumbrieña, o las fiestas, ferias y veladas de El Rompido o Villanueva de los Castillejos.
Algo más se podría tardar en conocer suspensiones de las fiestas más típicas del agosto onubense como la Feria de Puebla de Guzmán, las Fiestas Patronales de la Bella y San Roque en Lepe, la de la Virgen de los Milagros en Palos de la Frontera o la de San Roque en Gibraleón.
Al igual que una primavera sin romerías, parece que los onubenses estamos condenados a vivir un inédito verano sin nuestras fiestas más tradicionales.
