El pueblo de Lepe abrió su corazón a su Patrona, este 15 de agosto, festivo nacional y local, con motivo de la procesión de la Virgen de la Bella que contó con la presencia de cientos de personas del municipio y de fuera de él.
Sería en torno a las diez de la noche, con una Parroquia Santo Domingo de Guzmán expectante, cuando se produciría la salida de una procesión que volvía llevarse a cabo en el contexto de la tan ansiada normalidad que eximía, por fin, de la obligación de llevar mascarillas. Una salida en la que la Patrona estuvo acompañada musicalmente por la Escuela Municipal de Música de Lepe, bajo la atenta mirada de sus fieles que con un profundo sentimiento y gran emoción entonaban el ‘Viva la Virgen de la Bella’.
El recorrido procesional presentaba cambios para este año, se haría a la inversa del itinerario tradicional, dejando momentos para el recuerdo en su parada en la Casa Consistorial, donde caían petalos sobre el rostro de la Bella y a la que ensalzaban con cánticos. Una procesión que vino marcada por el respeto y el cúmulo de sentimientos reflejados sobre la piel y los ojos de sus acompañantes.
El trayecto final de la procesión nos dejaba la puja de la vara de la Hermandad, que quedó en valor de 5400 euros y una entrada en la Parroquia, allá sobre las dos de la mañana, en la que poco importaba el tiempo comparado con la emoción de los allí presentes, que con rostros de felicidad y satisfacción, volvieron a ver su Virgen regresar al Templo al son de la Marcha Real y de esos ‘vivas’ que brotaban del corazón del pueblo de Lepe, en el Día de su Patrona.
